Módulo VIII: Hablar en público
Sección 2: Los propósitos de hablar en público
Después de completar esta sección, los estudiantes deben poder:
- describa en qué se diferencia hablar en público de la Comunicación Interpersonal y la Comunicación en Grupos Pequeños.
- explicar el valor social de hablar en público.
- explique los beneficios personales de aprender a hablar en público.
- aplique los rasgos de un buen discurso al crear y presentar un discurso.
- describa los propósitos generales del discurso.
La forma más antigua de comunicación pública y precursora de los medios de comunicación de masas es el simple acto de una persona levantándose y expresando sus pensamientos al grupo. El discurso público es la base de la sociedad; es la forma en que los grupos de personas abordan y resuelven las diferencias colectiva y pacíficamente. Con el auge de la democracia en la Antigua Grecia, el valor de hablar en público ganó prominencia. La capacidad de un ciudadano de decir lo que piensa en público era muy valorada y un signo de compromiso cívico.
Aunque tenemos muchas vías para expresarnos, desde en persona hasta en línea, la capacidad de crear y compartir un mensaje reflexivo e inteligente sigue siendo una habilidad importante. Para la carrera, la participación cívica y el compromiso político de una persona, ser competente en hablar en público es muy valioso.
La Naturaleza de hablar en público
Hablar en público tiene tres características sorprendentes que lo diferencian de la comunicación interpersonal y la comunicación en grupos pequeños.
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En primer lugar, hablar en público es el acto de una persona hablando con muchos. En lugar de enfocarse en una naturaleza interactiva, hablar en público se enfoca en una persona, el orador, desarrollando y presentando un mensaje a un grupo de individuos.
En segundo lugar, hablar en público es una presentación más formal, lo que significa que está sujeto a estrategias y técnicas específicas. Hablar bien en público requiere más planificación, desarrollo y auto-reflexión, tomando decisiones concienzudas sobre los métodos de comunicación más apropiados. Véase el Módulo I, sección 1. que los otros dos contextos.
En tercer lugar, en los otros dos contextos, vemos a todos los miembros comunicarse desde una posición de responsabilidad compartida e igualitaria. Al hablar en público, el orador tiene más responsabilidad, ya que el mensaje es unidireccional, y la retroalimentación que el orador recibe de la audiencia es más sutil, como expresiones faciales, postura corporal y nerviosismo. Hablar en público sigue siendo una interacción, al igual que las relaciones interpersonales y los grupos pequeños, pero la responsabilidad del éxito está menos equilibrada y se asigna más responsabilidad al orador.
El valor de hablar en público
Dado el miedo que la mayoría de la gente tiene de hablar en público, es razonable preguntar por qué nos involucramos en un proceso tan intimidante. El miedo a hablar en público es común, a menudo clasificado como uno de los principales temores que tenemos. Una encuesta de Gallup de 2001 encontró que el 40% de los encuestados mencionó hablar en público como su mayor temor, solo superado por el miedo a las serpientes. Si se les daba una opción, la gente prefería morir a dar un discurso. Incluso con este alto grado de ansiedad, hablar en público conserva un lugar valioso en nuestra cultura por varias razones.
Hablar en público tiene una larga e ilustre historia en los Estados Unidos. La formación misma del sistema político y la sociedad de Estados Unidos está firmemente arraigada en personas sabias que expresan sus opiniones en entornos públicos, participan en debates y discusiones animados y trabajan en colaboración para encontrar el mejor camino para el país. Nuestro país se basa en la premisa de que los individuos, trabajando juntos, pueden gobernarse a sí mismos. Hablar en público es la herramienta por la que se produce este proceso.
Hablar en público permite la difusión relativamente rápida de información a un grupo de personas.
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Si una persona tiene mucho que compartir con un grupo, presentar la información a través de hablar en público puede ser un proceso rápido. Una conferencia en el aula es un ejemplo típico. Sin embargo, una pregunta que merece ser planteada es la eficacia de dicha difusión para lograr este objetivo. En la clase, aproximadamente el 5-15% del material es retenido por el estudiante; por lo tanto, el orador (el maestro en este caso) debe darse cuenta de esta limitación y estar dispuesto a usar la oratoria como punto de partida, utilizando otros métodos de seguimiento para mejorar la retención de la información.
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Hablar en público permite que individuos o grupos intenten provocar un cambio social o político.
Tenemos una larga historia en este país de usar nuestra libertad de expresión para cambiar lo que no nos gusta. El movimiento de mujeres y el movimiento por los derechos civiles de mediados del siglo XX, y el movimiento del partido del TÉ de principios del siglo XXI son ejemplos de este proceso. Las personas ven que sucede algo a su alrededor que no les gusta, y usan el hablar en público para concienciar a los demás del problema y abogar por una forma de cambiar la situación.
Hablar en público permite a las comunidades expresar objetivos, preocupaciones y valores comunes.
Vemos discursos de conmemoración en el Día de los Caídos, el Día de los Veteranos y el Cuatro de julio. Los discursos nos recuerdan quiénes somos como nación y expresan valores comunes. Asistir a un sermón dominical es lo mismo. Las iglesias, mezquitas y sinagogas existen para que un grupo de personas comparta valores y visiones del mundo comunes. El sermón es la característica central que une a los miembros de la comunidad, el líder de la fe que da voz a esa visión común del mundo.
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Hablar en público permite a los miembros de una sociedad democrática, como los Estados Unidos, debatir activamente cuestiones de interés.
Tendemos a dar por sentado nuestro derecho de la Primera Enmienda a estar abierta y claramente en desacuerdo con nuestras estructuras gubernamentales en temas de preocupación. Tenemos el derecho legal, y la obligación que algunos dirían, de hablar en contra de aquellas cosas con las que no estamos de acuerdo. Excepto por abogar por la violencia, podemos hablar en contra de nuestros alcaldes, gobernadores y presidentes, y nadie tiene derecho a silenciar nuestra voz. Cuando hablamos en un foro público, participamos en el proceso de autogobierno ejerciendo nuestra libertad de expresión.
Beneficios personales
Además, el papel de hablar en público en nuestra sociedad estadounidense, ser competente como orador público nos beneficia personalmente.
Control de la ansiedad
Dada la ansiedad por hablar en público y nuestra necesidad de confrontar y manejar esa ansiedad, construimos confianza en nosotros mismos. Aceptar y trabajar con nuestra ansiedad del habla nos da experiencia al enfrentar situaciones en las que estamos siendo juzgados y evaluados. Aprender a enfrentar el miedo al hablar en público nos da herramientas para enfrentar los miedos en otras situaciones también.
Gestión de Nuestra Auto-Presentación
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Podemos aprender a controlar y manejar nuestro auto-presentación. Dado que la gran mayoría de la comunicación ocurre no verbalmente, un orador público competente sabe cómo administrar todo su paquete físico para presentarse de la manera más efectiva, segura y poderosa. Al igual que con enfrentar nuestra ansiedad, ser capaz de manejar auto-reflexivamente nuestra auto-presentación se transmite a todos los aspectos de nuestra vida profesional y personal. Aunque el talento y la capacidad son una parte importante del éxito profesional, la capacidad de comunicación hace que las personas sean especialmente competentes y profesionales. La capacidad de participar en una presentación personal efectiva puede ser un factor decisivo para conseguir un trabajo, tener éxito en el trabajo y avanzar en nuestras carreras.
Información de empaque para otros
Aprendemos a empaquetar información para beneficiar a otros. Los buenos altavoces están altamente orientados al receptor. Estamos muy preocupados por dar presentaciones reflexivas, bien organizadas, fáciles de seguir y atractivas. La capacidad de crear mensajes que se ajusten a estos estándares nos servirá bien a cualquiera de nosotros en una variedad de entornos profesionales y personales. Muchas personas tienen buenas ideas, pero no todos pueden comunicarlas bien a los demás. Al hablar en público, aprendemos a empaquetar nuestro mensaje para que se ajuste mejor a la audiencia que tenemos en este momento.
Un discurso «Bueno»
Desafortunadamente, para la mayoría de las personas, nuestra exposición a hablar en público nos ha dejado con una visión distorsionada de lo que hace que un discurso «bueno». Prácticamente cada vez que le preguntamos a una clase: «¿Qué es lo primero que se nos ocurre cuando pensamos en escuchar un discurso?», la respuesta es: «aburrido.»Este no tiene que ser el caso; es el trabajo del orador tomar decisiones que influyan directamente en lo interesante o aburrido que será un discurso.
Como oradores, tenemos la obligación y la capacidad de elegir con qué eficacia y dinamismo nos presentaremos a nosotros mismos y la información a la audiencia. Podemos dar discursos interesantes, dinámicos, enérgicos y atractivos. Cada uno de nosotros tiene maestros experimentados que eran aburridos y monótonos, pero también tenemos maestros experimentados que eran dinámicos y enérgicos. Este último grupo optó por hacer que los discursos (conferencias) fueran más interesantes. Para hacer que un discurso sea más interesante y efectivo, necesitamos entender qué hace que un buen discurso:
- Un buen discurso está bien estructurado y señalizado para mejorar la claridad y el valor de la memoria. Un buen discurso se organiza y se sigue fácilmente con transiciones claras y obvias. Nuestro trabajo como oradores es presentar un mensaje claro y reflexivo, y una estructura clara facilita eso.
- Un buen discurso suena como «conversación organizada».»La frase está destinada a invocar la imagen de un orador que se presenta de forma natural y cómoda; simplemente hablando con el público, de una manera organizada y fácil de seguir.
- Un buen discurso tiene un propósito, claro para el público y al que el orador se adhiere. Los buenos oradores dejan claro su propósito y lo cumplen. No deambulan, se desvían, cambian de propósito o engañan a la audiencia. No comienzan informando a la audiencia, y luego de repente cambian a la persuasión.
- Un buen altavoz es activo, no pasivo. Demasiados hablantes, especialmente los novatos, tienden a usar el enfoque de» abre la boca, deja que las palabras se caigan » para hablar. Este enfoque irreflexivo para hablar en público no es muy efectivo. Los buenos oradores toman decisiones, determinando a lo largo de su discurso la mejor estrategia para el público en cuestión. A través del proceso de preparación y práctica, tomamos decisiones basadas en lo que creemos que aumentará la probabilidad de éxito. Tal pensamiento estratégico requiere una cuidadosa consideración del tema, la audiencia, el orador y el conocimiento de la interacción de estos tres componentes.
- Un buen orador trabaja para crear inmediatez con el público. La inmediatez es un sentido de conexión; que el orador, el tema y la audiencia están trabajando juntos. Los buenos oradores ven un discurso como un momento para compartir un mensaje con una audiencia, construyendo un puente entre el orador y la audiencia. Con demasiada frecuencia, los oradores novatos ven a la audiencia como una barrera para el éxito, un colectivo de individuos críticos que buscan avergonzar al orador. Sin embargo, eso simplemente no es cierto para la mayoría de las audiencias. El público quiere que el discurso sea bueno porque valida el tiempo que pasa escuchando, es más agradable y simplemente hace que el tiempo pase más rápido. Si un orador aprovecha los intereses y la personalidad de la audiencia, puede ser bastante efectivo para atraer a la audiencia. Tal compromiso no ocurre automáticamente; es el resultado de una planificación y preparación meditadas.
La situación de hablar en público es muy diferente de la comunicación interpersonal y la comunicación en grupos pequeños. El grado de planificación avanzada, de toma de decisiones consciente y de responsabilidad del comunicador es mucho mayor cuando se da un discurso. Nos han enseñado que cuando una persona va al frente de la sala para hablar, el orador ahora está «a cargo» del evento. Debemos cumplir con esa expectativa, hacernos cargo del evento y cumplir con nuestras responsabilidades para el éxito. Los discursos son tan buenos como el público piensa que son; el orador debe estar a la altura del desafío de presentar un buen discurso.
Propósitos generales del habla
Al desarrollar un discurso, necesitamos saber por qué estamos hablando. Incluso antes de considerar el tema, necesitamos saber si nuestro propósito es informar, persuadir, entretener o si se trata de una ocasión especial.
Discursos para informar
Los discursos para informar son aquellos en los que pretendemos iluminar o educar a la audiencia, pero de una manera objetiva y no directiva. Proporcionamos la información sobre el tema a la audiencia, pero no estamos dirigiendo a la audiencia a creer, sentir o actuar de una manera específica.
Hay tres tipos de discursos informativos.
- Informe de discurso. Un discurso para informar es aquel en el que tomamos un solo cuerpo de información, lo analizamos para los puntos importantes, luego presentamos un resumen de esos puntos importantes. Esto es común en un entorno empresarial. Por ejemplo, si ACME Industries está considerando fabricar y vender un nuevo producto, varias divisiones investigarán para determinar la probabilidad de que el producto sea exitoso y rentable. Una vez que se realiza esta investigación de viabilidad y se compila en un solo informe, una sola persona o un grupo presentará los hallazgos clave a la administración para que pueda decidir el curso de acción a tomar.
- Discurso de demostración. Estos son discursos clásicos de «cómo hacer», generalmente organizados en un patrón paso a paso. Por ejemplo, Mary puede dar un discurso sobre cómo ser creativo con fideos Ramen. Progresará, cronológicamente, a través de una serie de pasos que el público puede seguir por su cuenta.
- Discurso de explicación. Los discursos de explicación son presentaciones que provienen de múltiples fuentes, diseñadas para iluminar generalmente a la audiencia sobre un tema determinado. No están diseñados para mostrar cómo hacer algo, sino para aumentar el conocimiento de la audiencia sobre el tema. En lugar de hablar sobre cómo hacer fideos Ramen, Mary puede explicar cómo una buena nutrición ayuda al rendimiento en el aula en la universidad.
Discursos para persuadir
Discursos para persuadir son aquellos en los que pretendemos influir en la audiencia de alguna manera. Son subjetivas y altamente directivas. El orador tiene un sesgo hacia una creencia, actitud o acción específica, y el orador trabaja para dirigir a la audiencia en qué creer, qué opinión tener o qué acción emprender.
En la persuasión, el tema de la ética se vuelve primordial. Algunos estudiantes creen erróneamente que los oradores siempre tienen que dar ambos lados del tema para ser éticos, pero eso no es cierto. Cuando Lisa compra un auto, sabe que el vendedor está fuera para persuadirla de que compre; por lo tanto, espera mensajes diseñados para instarla a esa acción. Mientras el vendedor proporcione información precisa, verificable y veraz, no hay violación ética.
Es nuestro trabajo proporcionar a la audiencia la información más precisa que podamos encontrar, y presentar esa información honestamente, sin distorsionarla. Debemos citar nuestras fuentes para dar el debido crédito, y el tema debe ser uno que pueda justificarse como beneficioso para la audiencia, no solo para el orador.
Hay tres tipos de discursos persuasivos.
- Discursos persuasivos para influir en las creencias. Una creencia es lo que consideramos verdadero o falso. Por ejemplo, el conocimiento de que la Tierra gira alrededor del sol es una creencia; creemos que es información objetiva. La idea de que fumar puede causar cáncer es una creencia. Si tratamos de persuadir a la audiencia que consume demasiada grasa puede causar cáncer de colon, estamos tratando de hacer que la audiencia crea lo que es verdadero o falso sobre el impacto de la grasa en nuestras dietas.
- Discursos persuasivos para influir en las actitudes. Intentamos influir en la forma en que un público juzga un evento o idea; el orador está tratando de influir en la opinión del público sobre algo. Para estos discursos, el orador está tratando de hacer que la audiencia piense en el tema en una escala de bueno a malo, o deseable a no deseable. Argumentar que el gobernador de Minnesota está haciendo un buen trabajo (o un mal trabajo) es un intento de influir en una actitud u opinión. Con afirmaciones como estas no se trata de verdadero o falso, blanco o negro. Se trata de colocar al Gobernador en una gama de opiniones que van de muy positivas a muy negativas.
- Discursos persuasivos de actuación (o acción). Intentamos que el público se involucre en un comportamiento específico. La publicidad es un buen ejemplo. Se nos pide tener una opinión positiva de un producto, y luego actuar comprando.
Los tres tipos de discursos persuasivos se construyen unos sobre otros. Si Yousef va a dar un discurso de actuación llamando a la audiencia a donar sangre durante la campaña anual de donación de sangre de Ridgewater College, tendrá que mostrarle a la audiencia que hay una necesidad de sangre (una creencia), que donar sangre es algo bueno (una actitud) y cómo participar en la campaña de donación de sangre (una acción).
Discursos para Entretener
Aunque no se hacen comúnmente en una clase introductoria de Estudios de Comunicación, hay un tercer propósito general de discurso: un discurso para entretener. Esperamos que todos los discursos sean entretenidos de alguna manera, ya sea a través del humor, el interés o la seriedad, para que el público encuentre el discurso atractivo e intrigante. Un discurso verdadero para entretener, sin embargo, es uno en el que el enfoque principal es generar risas. En otras palabras, son discursos destinados a ser divertidos.
Estos siguen siendo discursos en el sentido de que están organizados, tienen una estructura clara y fluyen bien, pero tienen como objetivo general la creación de risas en la audiencia. El orador generalmente tiene un punto informativo o persuasivo serio subyacente, pero se explora y desarrolla a través del uso del humor. Las direcciones de graduación, especialmente las pronunciadas por comediantes o actores cómicos, como Tom Hanks, suelen estructurarse de esta manera. El orador tiene un argumento serio que hacer, pero lo desarrolla de una manera humorística. Estos son comunes en eventos como cenas de celebración o banquetes de premios.
Discursos para ocasiones especiales
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Un discurso de ocasión especial es justo lo que dice el nombre: discursos dados en eventos especiales. En realidad, este es un tipo de expresión muy común. Los discursos para ocasiones especiales están diseñados para adaptarse al evento específico en el que se dan. Si bien cada uno tiene sus propias pautas únicas, el punto clave es desarrollar el discurso de manera coherente con esa ocasión.
Algunos discursos comunes para ocasiones especiales incluyen:
Elogio: un discurso dado en un funeral o servicio conmemorativo para honrar al difunto.
Introducción: un discurso dado para presentar a un orador a una audiencia.
Brindis: un discurso dado en honor a una persona o grupo, como un brindis de boda.
Dar un premio: un discurso dado para otorgar un honor a una persona.
Aceptar un premio: un discurso dado para comunicar el agradecimiento por un premio.
Comienzo: un discurso dado en una graduación, que generalmente aborda el pasado (el trabajo realizado para alcanzar la meta) y el futuro (desafiar a los graduados a aprender más, ayudar a otros, involucrarse en asuntos sociales o continuar el crecimiento personal).
Generalmente, los discursos para ocasiones especiales son bastante cortos y se centran en el evento en cuestión. El humor se usa comúnmente, incluso con muchos elogios, pero solo cuando es apropiado para el evento y el público.
Conceptos clave
Los términos y conceptos con los que los estudiantes deben estar familiarizados en esta sección incluyen:
La Naturaleza de Hablar en Público
El Valor de Hablar en Público
- funciones Sociales
- ventajas
Un Buen Discurso
- Inmediatez
General Habla a los Efectos de
- Para informar a
- informe
- para demostrar
- para explicar
- para persuadir A
- Creencias
- Actitudes
- Accionamiento
- para entretener A
Ocasión Especial Discursos
- Elogio
- Introducción
- Tostadas
- Dar un Premio
- Aceptar un Premio
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