La Pimpinela Escarlata: Tema

ANÁLISIS TEMÁTICO

El nacionalismo, en sus aspectos positivos y negativos, es uno de los temas de la Pimpinela Escarlata. En el lado positivo, vemos lo que Gran Bretaña considera sus mejores cualidades, la causa de la libertad y la devoción al bien de los demás, encarnadas en las audaces hazañas de la Pimpinela Escarlata. En el lado negativo, sin embargo, vemos mucho chovinismo demostrado hacia Francia. En el Capítulo III, por ejemplo, ninguno de los personajes ingleses olvida que sus visitantes son franceses, y mucho menos Harry Waite, que objeta la admiración silenciosa del vizconde por Sally con aparente blasfemia: «Sería imposible en este punto», nos dice delicadamente nuestro narrador, «registrar la exclamación exacta que escapó a través de los dientes apretados del Sr. Harry Waite» (p. 30). Incluso Lord Antonio, que es representado como simpático con el programa de la Pimpinela, amonesta al Vizconde—burlonamente, sin duda, pero una amonestación de todos modos-a «no bring traer caminos extranjeros sueltos a este país tan moral» (p. 30). Las identidades nacionales pintadas con trazos tan amplios y caricaturescos rara vez contribuyen en gran medida a fomentar la confianza y el entendimiento mutuos.

El «enmascaramiento» del verdadero yo forma otro tema clave del libro. Si bien es más evidente, por supuesto, en la doble identidad del personaje titular, también surge de otras maneras. El capítulo XI, por ejemplo, desarrolla el fascinante tema de la fachada pública frente a la realidad verdadera. Observe los términos extravagantes en los que Orczy describe la bola, rociando adjetivos como «exquisito», «exótico», «elaborado» y «extravagante» en su descripción del escenario (p. 90). También reintroduce la rivalidad entre Marguerite y la Condesa de Tournay: debajo de sus intercambios civiles en el baile, Marguerite «no pudo evitar regocijarse» al ver a la Condesa recibir una suave reprimenda del Príncipe de Gales con respecto a quién es amigo de Inglaterra y quién no (p. 93). Del mismo modo, varios pasajes que exploran la problemática relación entre Marguerite y Sir Percy van a la cuestión temática de las máscaras. En el Capítulo XVII, Marguerite refleja que el exterior de Sir Percy es una máscara que oculta «al hombre de verdad, fuerte, apasionado, voluntarioso the el hombre que ella había amado» (p. 133). Hasta donde sus pensamientos la llevan, ella tiene razón; la revelación del narrador del paisaje emocional interior de Sir Percy en el capítulo anterior nos mostró que, de hecho, su comportamiento inano es (en parte) «una máscara usada para ocultar la herida amarga que había causado a su fe y a su amor» (p. 138). Sin embargo, lo que Marguerite aún no ha averiguado (pero que, por ahora, la mayoría de los lectores primerizos del texto probablemente al menos lo han adivinado), es que esta «máscara» también desvía cualquier sospecha de que Sir Percy es la Pimpinela Escarlata.

El papel del destino también es motivo de preocupación temática. En sus momentos más fuertes (es decir, antes de su viaje a Calais), Marguerite emerge, algo así como su marido, como un personaje sin miedo a dar forma a su propio destino, su propio destino.

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